Las latinas son clave en las votaciones para la medida electoral de los derechos al aborto en Arizona, Proposición 139

Al crecer, Eloisa López dice que no recuerda haber hablado nunca sobre su periodo menstrual o salud reproductiva con sus padres.

“Soy mexicana-estadounidense de primera generación, y creo que en nuestra cultura hay mucho estigma en simplemente hablar abiertamente sobre nuestros cuerpos y anatomía”, comenta.

López tenía 17 años cuando fue por su cuenta a Planned Parenthood para empezar a usar anticonceptivos, solo para no tener que usar el seguro de sus padres.

“La gran mayoría de los hogares latinos se identifican como hogares católicos y existe este tabú y vergüenza en torno a tener relaciones sexuales antes del matrimonio, y la idea de que si terminas embarazada, es como tu castigo”, dice.

López descubrió que estaba embarazada a mediados de sus 20 años. Sabía que quería abortar, pero se sentía perdida.

“No sabía mucho sobre mi anatomía reproductiva y no tenía idea de las restricciones vigentes o cuáles eran las leyes”, dice. “Y esa es, de hecho, la experiencia de muchas latinas”.

Han pasado casi 20 años. López tiene ahora 36 años. Es directora ejecutiva del Fondo de Aborto de Arizona , ha tenido dos hijos y tres abortos adicionales desde entonces. El fondo brinda asistencia financiera directa y apoyo educativo a las personas que buscan atención para abortar en Arizona.

“Si hubiera sido una persona obligada a continuar con un embarazo no deseado, habría estado gravemente deprimida, extremadamente preocupada y sintiendo que estaba siendo forzada a soportar algún tipo de castigo”, dice.

En todo el país, el destino del acceso al aborto y los derechos reproductivos ha sido incierto desde que la Corte Suprema de Estados Unidos revocó el caso Roe v. Wade en el verano de 2022, eliminando el derecho constitucional al aborto. Sin protecciones federales, muchos estados han aumentado las restricciones o lo han prohibido por completo.

En Arizona, la ley actualmente limita los abortos a las primeras 15 semanas de embarazo. Esa ley, que fue aprobada en 2022, no contiene excepciones para las víctimas de violación o incesto.

El estado fue noticia nacional en abril cuando la Corte Suprema de Arizona votó para restaurar una prohibición del aborto de 1864 de la era de la Guerra Civil. Los legisladores estatales habían estado peleando en los tribunales sobre si podría aplicarse o si había sido reemplazada por otras leyes estatales. Un proyecto de ley para derogar la ley de 1864 fue aprobado por un margen estrecho en el Senado estatal controlado por los republicanos en mayo, lo que oficialmente restauró la ley de las 15 semanas el sábado pasado.

Ahora, los votantes de Arizona tendrán voz sobre el futuro del acceso al aborto en el estado. La Proposición 139 en la boleta electoral de noviembre enmendaría la constitución estatal para proteger el aborto hasta la viabilidad fetal, o aproximadamente 24 semanas. Los defensores dicen que las latinas en nuestro estado que es clave, jugarán un papel crucial.

Se espera que uno de cada cuatro votantes en las próximas elecciones de Arizona sea latino, lo que representa un aumento del 20% desde 2016, según la National Association of Latino Elected and Appointed Officials (Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados).

Una nueva encuesta de KFF, una organización sin fines de lucro de investigación en políticas de salud, sugiere que una gran mayoría — el 82% — de las votantes latinas entre 18 y 44 años apoyan la iniciativa de Arizona para el Acceso al Aborto. Dos tercios de esas mujeres también dijeron que estarían más motivadas para votar si esa iniciativa estuviera en la boleta en noviembre. Sin embargo, las latinas mayores están más divididas.

Las latinas se ven afectadas de manera desproporcionada por el acceso al aborto en Arizona. Según los datos más recientes del Departamento de Servicios de Salud de Arizona , representan el 45% de las personas que se sometieron a un aborto en 2022, seguidas de las personas blancas no hispanas con un 33%.

Las mujeres de color ya enfrentan históricamente más barreras raciales y de género para acceder a la atención médica, tasas más altas de complicaciones relacionadas con el embarazo y mayores índices de inestabilidad financiera.

Un informe de 2023 del National Partnership for Women and Families muestra que Arizona alberga a 585,600 latinas en edad reproductiva, y casi la mitad de ellas se encuentran en situación de inseguridad económica, es decir, viven por debajo del 200% del nivel de pobreza federal.

“La realidad es que las mujeres latinas, las personas de color en general y las personas que han sido marginadas por el sistema de salud son quienes soportan más duramente las cargas de las prohibiciones del aborto”, dijo la Dra. Misha Pangasa, obstetra y ginecóloga que brinda atención para abortos en el área de Phoenix.

Las marcadas desigualdades económicas existen a pesar de que las latinas son uno de los sectores de emprendedoras de pequeñas empresas de más rápido crecimiento. Un informe de la Small Business Association muestra que, antes de la pandemia, las latinas eran propietarias de aproximadamente el 30% de todos los negocios latinos. Aun así, las latinas solo ganan 52 centavos por cada dólar que se les paga a los hombres blancos no hispanos, según los datos más recientes del censo.

Muchas latinas no tienen seguro médico, no tienen acceso a información médica en español o simplemente no confían en los proveedores de salud. Los datos de los Institutos Nacionales de Salud muestran que el 22% de las latinas de entre 19 y 64 años no tenían seguro médico entre 2017 y 2021, en comparación con el 7.6% de las mujeres blancas no hispanas. Cuando el estado restringe la atención reproductiva, dijo Pangasa, se suman más desafíos a los que las mujeres de color ya enfrentan.

“Cualquiera de estas barreras políticas arbitrarias y médicamente innecesarias les dificulta aún más el acceso a la mejor atención médica.”

Abril Gallardo es organizadora comunitaria para Living United for Change en Arizona, también conocido como LUCHA. Lleva años trabajando para apoyar los derechos de los votantes latinos y su acceso a las urnas. Este año, a sus 33 años, está trabajando para centrar a las latinas en las elecciones de noviembre.

“Las voces de aquellas que se verán más afectadas deben estar en primer plano”, dice.

Gallardo dice que entiende que el tema del aborto puede ser complejo y conllevar un estigma, especialmente dentro de una comunidad históricamente arraigada en el catolicismo. Sin embargo, cree que todos deberían tener el derecho de elegir.

“Independientemente de lo que creas, si tú personalmente te harías un aborto o no, este es un derecho fundamental que una persona debería tener”, dice Gallardo. “Cualquier ley que impida a las personas acceder a sus libertades y derechos es muy peligrosa, y no está bien”.

Los críticos de la iniciativa de votación están encabezando una campaña de “decline to sign” (rechazo a firmar). Cindy Dahlgren, portavoz de la campaña “It Goes Too Far” (Va demasiado lejos), dice que la Proposición 139 es demasiado vaga y permitiría el acceso “sin restricciones y sin regulación” al aborto.

“A los votantes no se les da toda la historia”, dice Dahlgren. “Deberían conocer la verdad y las consecuencias de aprobar una enmienda tan amplia y extensa”.

La campaña afirma que la iniciativa de votación eliminaría precauciones de seguridad y que no se requeriría que un médico realice los abortos.

“Las palabras ‘doctor’ o ‘médico’ ni siquiera se encuentran en la enmienda. Utiliza un lenguaje vago para expandir el aborto más allá de lo que los votantes apoyan”, dijo Dahlgren.

La Dra. Pangasa dice que esta es información errónea y que, bajo la Proposición 139, la atención del aborto continuará siendo proporcionada por profesionales médicos con licencia y capacitación.

“Esta iniciativa de votación no cambia nada de eso”, dijo Pangasa. “Lo único que cambia es la eliminación de todas las barreras no médicas, burocráticas, administrativas y políticamente motivadas que las personas deben atravesar, que solo están diseñadas para hacer que sea más difícil acceder a esa atención. Y, francamente, para hacer que sientan vergüenza y estigma mientras reciben la atención que creen que es adecuada para ellas”.

La enmienda propuesta establece que consagrará un derecho fundamental al aborto en la constitución del estado y que:

• Permitirá abortos hasta que el feto pueda sobrevivir fuera del útero, generalmente alrededor de las 24 semanas, con excepciones para salvar la vida de la madre o proteger su salud física o mental.

• Restringirá al estado de adoptar o hacer cumplir cualquier ley que prohíba el acceso al procedimiento.

Gallardo dice que las latinas han sufrido en silencio al tomar la importante y muy personal decisión de abortar. Ella espera que la iniciativa ayude a crear un nuevo sistema que elimine las barreras, el estigma y la criminalización de la atención de la salud reproductiva en Arizona.

“Este es un problema multigeneracional”, dice Gallardo. “Se trata de apoyar a nuestras matriarcas. Eso significa proteger la salud de nuestras abuelas, nuestras tías, nuestras madres, nuestras hijas y nuestra propia salud”.

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